Esperar en Dios
Esperar es difícil. De eso se trata uno de los episodios de la bella caricatura de Daniel Tigre que ve nuestra hija mayor. No importa lo que Daniel espera, la conclusión siempre es que se le hace difícil e incómodo y no quiere pasar por ese momento de incertidumbre.
La Real Academia Española (RAE) define esperar de las siguientes maneras:
“Tener esperanza de conseguir lo que se desea. Creer que ha de suceder algo, especialmente si es favorable. Permanecer en un sitio adonde se cree que ha de ir alguien o en donde se presume que ha de ocurrir algo. No comenzar a actuar hasta que suceda algo. Poner en alguien la confianza de que hará algún bien.”
Es decir, la espera es difícil. Ya sea por emoción, esperar con esperanza algo en el futuro, esperar por algo o alguien que deseamos, o incluso por algo que no queremos que suceda. Además, la espera es algo que experimentaremos en toda nuestra vida y lo que debemos aprender a enfrentar.
1. Formas de esperar
Es importante catalogar las formas que podemos esperar para identificarlas y saber cómo responder a las situaciones que se nos presentan.
Primero, podemos esperar con emoción. Por ejemplo, por un embarazo, por una celebración de cumpleaños, regalos, viajes, un aniversario, la Navidad, etc. esta forma generalmente está asociada a algo positivo.
Segundo, podemos esperar con ansiedad. Puede ser por una enfermedad que estemos atravesando, por algún diagnóstico de salud, por alguna prueba para los que amamos, por algún examen o prueba en los estudios, etc. Esto genera un sentimiento de ansiedad que nos hace incluso pensar en esto todo el tiempo.
Tercero, esperar de forma impaciente. Parece contradictorio, pero cuando no se cumple rápidamente lo que deseamos, solemos terminar irritados y de mal humor. Por ejemplo, llegar tarde a casa por el tráfico, la sala de espera de algún médico, cola en el supermercado y quizás algo sencillo como esperar el elevador.
Cuarto, y quizás el más difícil de afrontar, esperar con tristeza. Esto va desde la espera por papá cada tarde que regresa del trabajo, espera por un bebé que no ha llegado después de años de infertilidad o pérdidas, desempleo, una enfermedad que no remite, soltería no deseada y muchos más que seguramente podríamos enumerar en este mundo caído.
Estas son situaciones a las que nos enfrentamos todo el tiempo, y podemos caer en dos categorías de la manera en que las enfrentamos: Esperar sin Dios y esperar en Dios. Lo importante es saber: ¿cómo respondo a la espera en mi vida?
2. Cómo no esperar
“¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío.” Salmos 42:5
En primer lugar, el Señor nos invita a esperar con un sentido de esperanza eterna y no terrenal. No podemos descansar en que lo que esperamos se hará siempre realidad en la tierra, sino que Dios en su inmensa sabiduría y soberanía permite todo para nuestro bien. Aunque no veamos la respuesta ahora.
“al no poner nuestra vista en las cosas que se ven, sino en las que no se ven. Porque las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.” 2 Corintios 4:18
Luego, también debemos recalcar que cuando esperamos podemos pedir al Señor lo que deseamos, derramar nuestros corazones y ser completamente vulnerables y transparentes porque Él ya conoce todo y nos entiende. Muchas veces caemos en alguno de los extremos del péndulo y no pedir nada porque “Él ya sabe todo lo que acontecerá”. Esto denota falta de conocimiento de cómo es el Señor con nosotros que, siendo el Rey Soberano Creador del universo, también es nuestro padre y que en la persona de Cristo tenemos la confianza que nos entiende, conoce y le importa por lo que sea que estemos atravesando.
“Porque no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino Uno que ha sido tentado en todo como nosotros, pero sin pecado.” Hebreos 4:15
3. Cómo es esperar en Dios
Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, Y confiarán en Jehová.” Salmos 40:2-3
¿Estás en medio de una espera difícil? Ve a los Salmos. Los Salmos son sin duda de los libros más bellos que nos podemos refugiar al atravesar un tiempo difícil de espera.
¿Te sientes solo en tu espera? Estudia las historias de Job, Abraham, Moisés, Ana, Noé… Cada uno pasó por momentos de espera que nos dejan lecciones de vida y nos apuntan a Cristo. Recientemente en nuestra iglesia local estamos estudiando una serie sobre el libro de Génesis en la que estudiamos la espera de Abraham y el cumplimiento de la promesa que Dios le había dado. Una y otra vez no lo creía posible (todo parecía ir en contra de lo que el Señor había dicho) y en medio de su incredulidad y desesperación, actuó fuera de la voluntad de Dios y quiso apresurar la promesa que Dios le había hecho. (ve lo que pasó con Agar e Ismael). Confía que Él soberanamente hace que pasemos por desiertos para ofrecernos el maná que viene solo de Él.
4. Conclusión
En marzo de 2021 sufrimos la pérdida de nuestro segundo bebé, quién ya tenía 12 semanas de gestación. Entre este embarazo y el nacimiento de nuestra segunda hija, hubo una etapa de espera realmente difícil y compleja. Era un momento de incertidumbre, dolor, lucha, tristeza y duelo... A continuación, les compartimos algunas cosas que por gracia y misericordia de Dios pudimos poner en práctica y que nos ayudaron a atravesar este tiempo.
a) Lee la Biblia y libros que apunten a Cristo. No había manera de sentir paz si no era por versículos, historias, pasajes y testimonios que nos recordaran el evangelio.
b) Escucha música que hable a tu corazón y a tu mente verdades de la Palabra. Llena tu mente de esto para poder nutrirte de lo que verdaderamente importa: el gozo de nuestra salvación.
c) Confía en el poder de la vulnerabilidad. Comparte tu lucha con otros, se accesible, transparente… se real. Esto alivianará tu carga y también serás de bendición para otros.
d) No te aísles de tu comunidad. Las dificultades de la vida son el bisturí de Dios a nuestro corazón. El bisturí, aunque doloroso, ayuda a limpiar la herida y es necesario para conformarnos más a su imagen, dejar la vieja naturaleza, santificarnos y finalmente ser más como Cristo.
e) Ora. Habla con el Señor, Él quiere escucharte y como un tierno padre será compasivo y empático en tu dolor. Ora con tu familia, compartan esos momentos para recordarse la esperanza eterna que tenemos en Cristo.
Recuerda, la espera es transitoria; es eso precisamente, algo momentáneo. Aunque la espera dure toda nuestra vida, finalmente toda espera llegará a su fin y un día estaremos en un lugar donde podremos decir:
“¿Por qué te desesperas, alma mía, Y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios, pues lo he de alabar otra vez. ¡Él es la salvación de mi ser, y mi Dios!” Salmos 42:11
#Maranatha
Escrito por: Eduardo y Mariam Barillas
LINKS:
Serie sobre Génesis: https://www.youtube.com/live/OtUk55h_p7A?feature=share
Artículo Mariam en ADEPRIC: https://www.adepric.org/blog/paralamamadeunbebequenonacio
Página Vaneetha: https://www.vaneetha.com/journal/the-power-of-vulnerability