Los Salmos
Alguna vez al escuchar o leer, te has sentido tan identificado que terminas diciendo expresiones cómo: “Lo que él dijo” “Yo no hubiera podido decirlo mejor”
Los Salmos son un libro de la Biblia, en donde encontramos muchas expresiones con las que podemos identificar muchas de nuestras emociones, son palabras inspiradas por Dios para traducir lo que estamos sintiendo.
Y en este día 1, que en realidad no encontramos las palabras exactas para describir lo que estamos sintiendo, solo leer Salmos; es una vía para descargar lo que siente nuestro corazón.
Dios, Nuestro Creador, también hizo nuestras emociones e increíblemente también las conoce y le importan. Por lo que quiere que vayamos a Él para depositarlas (Salmo 62).
¿Cómo empezar?
Solo leyendo, un salmo a la vez. Puede ser de día o de noche. En medio de una sala de espera, o del bullicio en una larga fila, al llegar a casa después de un día difícil, antes de dormir o al despertar por la noche. Uno a uno. Prestando atención a cómo Dios puede hacer que nuestro corazón se sienta identificado con las palabras escritas y pueda llevarnos en oración con lágrimas, silencio o gozo.
Y en ese caminar, podemos ir conociendo al Dios que nos creó, para alabanza de su gloria en Jesús. Viendo sus atributos en lo que nuestros ojos ven en su naturaleza. Recordándonos que nuestro mayor bien es Él, que nuestra delicia solo puede estar en Su Palabra, que podemos amarla y que conoce nuestra aflicción y dolor, cubriéndolos con esperanza.
Escrito por: Ligia Maldonado de Espinoza