La vida devocional a la luz del salmo 63

Hace unos días fui a mi cita de chequeo con el oculista. Cuando me llamaron para pasar me llevé una gran sorpresa al darme cuenta que la persona que iba saliendo de consulta era mi abuelo, con mi papá que lo acompañaba. Cuando entré con el doctor me llamó la atención que, aunque era la primera vez que lo veía, se expresó de él como un hombre que estaba firme en Dios. Lo que me hizo preguntarle a mi papá ¿qué había conversado mi abuelo con el doctor?. - El doctor le preguntó a tu abuelito que para qué usa sus lentes. - me dijo mi papá. - Y su respuesta fue para leer la Biblia. Sin duda esto expresa la devoción a Dios en su corazón, porque conociendo su vida, sé que ha gastado mucho de su tiempo en oración y lectura de la Biblia, consciente de donde Dios lo rescató y ha sido un bello ejemplo para toda la familia e incluso, como en este caso, para los que no lo conocen. Esto me recuerda mucho al Salmo 63, en donde David expresa una increíble devoción a Dios y revela a través de estos versículos la dependencia que tenía de Dios caminando con Él todos los días.

1.      El origen de un devocional (Salmos 63:1-2)

 Con una repetición al inicio del salmo, David afirma que su sed y anhelo era porque Dios es su Dios y este es el punto de partida. Si tenemos un tiempo devocional o tenemos el deseo de hacerlo es porque Dios nos escogió para conocerlo y nos atrae a Él cada día. Si perdemos de vista esto, olvidaremos maravillarnos (Salmos 119:129) y agradecer por el privilegio de encontrarnos con Dios en Su Palabra y oración, siendo esto únicamente posible por Cristo y no por nuestros méritos. Esto demuestra nuestra necesidad de Él, no como un punto por marcar en nuestra agenda sino un afán que Dios por gracia nos otorga.

 

2.     La perspectiva de un devocional (Salmos 63:3-6)


“Porque mejor es tu misericordia que la vida; Mis labios te alabarán”

No importando si es de madrugada o en las vigilas de la noche, David tenía claro que cualquier sacrificio de ser intencional en apartar un tiempo con Dios era lo más preciado, más que la vida misma. En nuestros días esto se puede traducir a dejar la alarma antes de nuestra hora de

despertar, obligarse a no tomar el celular de forma automática o no ir a la cama sin haber tenido ese tiempo de quietud. Esta perspectiva iniciada por Dios, nos llevará a alabarlo, recordarlo y poco a poco verlo Hermoso para estar más satisfechos solo en Él y no en nosotros. Incluso a estar dispuestos a llevar nuestra vida devocional rindiendo cuentas a nuestra comunidad.

3.     El fruto de un devocional (Salmos 63:7-11)

 El fruto de tener tiempo con Dios, lleva a que nuestra alma se apegue cada vez más a Él. Lo cual nos ayudará a pensar en lo que Dios habla a nuestro corazón en cualquier ocupación del día y por medio de Su Espíritu morir a nuestro pecado (Salmos 119:11, 97, 130). Así mismo recodar la provision oportuna de la Palabra de Dios al conocer que estamos sin merecerlo bajo la sombra de sus alas para ver su sostén aún en los días más inciertos e inesperados.

“Porque Tú has sido mi ayuda, Y a la sombra de Tus alas canto gozoso. A ti se aferra mi alma; tu diestra me sostiene”. Salmos 63:7-8

Si nos hicieran un examen que determine para qué hemos usado nuestros lentes, o nuestros ojos, ¿Cuál sería el resultado?

 Hoy, al haber experimentado una de las pruebas más difíciles de mi vida, puedo decir que mi vida devocional empezó cumpliendo un requisito, sin embargo le pido a Dios que por gracia me conceda que sea una respuesta a lo que Él ha diseñado para conocerlo en su plan de salvación.

 

Escrito por: Ligia de Espinoza

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